El pistolero Edgar es contratado para matar al industrial Falcón, que quiere ser gobernador para crear una fundidora con la que ha soñado veinticinco años. Edgar auxilia a una mujer a la que se le descompone el auto y en la ciudad solicita una entrevista con Falcón fingiéndose fotógrafo internacional. El político lo cita en su casa y su mujer resulta ser Eva, la que ayudó en la carretera. Mientras prepara el atentado Edgar la seduce y le pide que huya con él.