A duras penas la tripulación de un pesquero consigue llegar hasta un puerto. La dañada embarcación sólo sirve para el desguace, pero los trámites de la venta tardarán unos días y Silvano, uno de los marineros, se queda allí para ultimarlos. Pronto conoce a Lucía, una huérfana que se gana la vida ayudando al manco Rafael en ciertos trapicheos ilegales.